Universalmente, la seguridad se entiende como la ausencia de riesgos y amenazas. En este contexto, su utilidad e importancia radica en que, gracias a la sensación o estado temporal de seguridad, se pueden desarrollar de forma plena las personas y sociedades en el mundo.
Por el contrario, el riesgo es la manifestación real de una amenaza, y puede ser detectado con antelación. Para conseguir este objetivo, existen las organizaciones y especialistas adecuados que mediante análisis, experiencia y tecnología, minimizan la ocurrencia de riesgos para diferentes individuos o actores.
En tanto, un acto inseguro consiste en todas aquellas acciones u omisiones relacionadas al comportamiento personal o grupal que facilitan, en diversos sentidos, el quiebre o interrupción de la seguridad. Por ejemplo, los delitos y accidentes.
La única forma de promover la seguridad personal requiere que, la propia persona u organización, tenga la voluntad de escuchar y tomar acciones preventivas para que su seguridad no se vea afectada.
¿Qué significa "estar en peligro"?
Estar en peligro es aquella situación en la que no existe seguridad. También, se define como un estado de vulnerabilidad, ya sea temporal o permanente, frente a riesgos y amenazas latentes con una alta probabilidad de concretarse. Esto, ya sea por causa voluntaria (ebriedad, estar bajo el efecto de drogas, transitar en zonas inseguras o desconocidas, etc.) o involuntaria (asaltos o delitos inesperados).
¿Cómo cuidarnos del peligro?
Para mantenernos seguros y alejar el peligro, es trascendental anticiparlo de manera inteligente y acertada. Por ello, es fundamental asesorarse de forma oportuna con organizaciones o personas que garanticen seriedad, honestidad y confianza.
Asimismo, resulta importante buscar siempre soluciones adecuadas a la propia medida. Esto significa no subestimar o sobreestimar el peligro, considerando que la solución más grande no siempre responde a una vulnerabilidad específica.
Reglas y consejos de seguridad para prevenir delitos
Algunas reglas básicas de seguridad son las siguientes:
- No cometer delitos de acción u omisión, pues por muchas razones el primer atractivo criminal es hacia sí mismo. Cabe mencionar que un delito de acción se da cuando una persona infringe una norma que prohíbe una determinada conducta; mientras que un delito de omisión se produce cuando un sujeto se abstiene de hacer algo frente a una situación que, legalmente hablando, reclama la acción.
- Evaluar qué situaciones específicas podrían afectar gravemente la vida, los bienes o el funcionamiento de una organización. De esta forma, se establecen prioridades y políticas de acción preventivas.
- Nunca minimizar las señales de peligro: estas son amenazas en proceso, y la anticipación permite practicar acciones, dinámicas de apoyo o implementar elementos de protección de diversos tipos.
¿Existen medidas para mejorar la seguridad personal?
Si te lo estabas preguntando, sí es posible mejorar la seguridad personal. Una medida adecuada y básica consiste en estar siempre alerta y preparado/a, mental y físicamente. De esta forma, podrás reaccionar con calma y de manera acertada ante eventos críticos que realmente afecten nuestra vida, o la de quienes están más cerca de nosotros/as.
Asimismo, conocer las capacidades o limitaciones personales otorga una mayor posibilidad de desarrollar una buena respuesta durante aquellos segundos o minutos en el que ocurre un evento crítico.
¿Qué acciones promueven la seguridad personal y por qué es importante preocuparse por la seguridad?
La única forma de promover la seguridad personal requiere que, la propia persona u organización, tenga la voluntad de escuchar y tomar acciones preventivas para que su seguridad no se vea afectada. Sumado a lo anterior, existen múltiples formas y métodos, pasivos o activos, para fomentar estas motivaciones y aplicaciones.
Por ende, es importante cuidarse a uno mismo, pues así podremos proteger al resto y encontrar puntos o momentos seguros que se extiendan por más tiempo.
¿Qué tipos de seguridad existen y qué tan diversas son?
Los tipos de seguridad son tan diversos como las realidades breves o constantes de cada persona u organización. La seguridad, al ser una de las necesidades básicas del ser humano, se traspasa a todo lugar o ambiente, adaptándose al nivel preventivo, de manejo o de reacción.
Los tipos más comunes de seguridad son:
- La seguridad física (con personas).
- La seguridad de infraestructura (perímetros, accesos, rejas, etc.).
- La seguridad tecnológica (electrónica o desde energías con automatización).
- Las asesorías en seguridad (estudios, auditorías, evaluaciones, consejos, orientaciones, coaching, mentoring).
- Las investigaciones de seguridad (averiguaciones post-evento, ciberseguridad —medios informáticos o similares—).
- La inteligencia social en seguridad (involucramiento y vinculación con el entorno).
¿En qué consiste la seguridad social y cuáles son sus ejemplos?
La seguridad social se relaciona con un cumplimiento mandatorio para los gobiernos. Ellos, a partir de los impuestos que aplican a la ciudadanía proporcionan protección a la sociedad, a las personas y a sus hogares, mediante un acceso seguro a la asistencia médica.
Asimismo, los gobiernos deben garantizar la seguridad del ingreso, en particular en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad o pérdida del sostén de la familia.
¿Qué es la seguridad en el trabajo?
La seguridad en el trabajo guarda relación con actividades que se realizan en un periodo determinado y dentro del cumplimiento de actividades laborales. Pueden tener diferentes riesgos y amenazas, aunque no necesariamente de tipo criminal.
En específico, la seguridad en el trabajo se relaciona con la salud mental, la salud física u otro elemento en un contexto ocupacional. Así, se puede definir como una actividad multidisciplinaria dirigida a promover y proteger la salud de las personas trabajadoras mediante la prevención y el control de enfermedades y accidentes.